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Los obispos se reunirán en Asamblea Episcopal, con foco en la cuestión social y el drama del narcotráfico

Conferencia Episcopal Argentina (foto CEA)

Los obispos de la Iglesia Católica se reunirán la semana que viene para abordar cuestiones de índole pastoral y religiosa pero también la cuestión social y el drama del narcotráfico que golpea en todo el país, pero con epicentro en la ciudad de Rosario. Encabezada por su presidente, monseñor Oscar Vicente Ojea, obispo de San Isidro, se desarrollará la semana la 124° Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina.

El encuentro se desarrollará en la casa de retiros “El Cenáculo”, en el partido bonaerense de Pilar, y contará además de Ojea con la presencia de los miembros de la Comisión Ejecutiva, que está integrada por monseñor Marcelo Colombo, arzobispo de Mendoza y vicepresidente primero; monseñor Carlos Azpiroz Costa, arzobispo de Bahía Blanca y vicepresidente segundo; y monseñor Alberto Bochatey, obispo auxiliar de La Plata y secretario general.

A la primera asamblea plenaria del año, según se informó desde la CEA, fueron convocados 97 obispos e invitados otros 45 que ya son eméritos y, como es habitual, también el nuncio apostólico, monseñor Miroslaw Adamczyk. En la agenda de esta Asamblea figuran las misiones, las redes sociales y, con especial atención, en la problemática del narcotráfico.

(Credito foto: Franco Fafasuli / Infobae)
Oscar Ojea, el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina. (foto Franco Fafasuli) (Franco Fafasuli/)

La asamblea comenzará el lunes por la tarde, con el intercambio pastoral habitual. Más tarde a las 19.30, monseñor Ojea presidirá la misa de inicio del plenario episcopal. Para el martes, los obispos reflexionarán en profundidad sobre la realidad del narcotráfico y también dedicarán un bloque de trabajo a los “nuevos lenguajes culturales y las dinámicas de comunicación propias del tiempo actual”.

Siguiendo con el camino sinodal propuesto por el Papa Francisco, el miércoles, los obispos dedicarán la jornada a profundizar los vínculos entre sinodalidad y colegialidad. El jueves se presentará y votará el Balance de la Conferencia Episcopal Argentina y, por la tarde, con la presencia de los secretarios ejecutivos, habrá reuniones de las comisiones episcopales. El viernes, se trabajarán cuestiones referidas a la Comisión Episcopal de Misiones y las deliberaciones finalizarán al mediodía.

La Oficina de Comunicación y Prensa de la CEA invita al pueblo de Dios a “rezar por los pastores que, en fraternidad, vivan esta reunión y renueven la comunión para el servicio del santo pueblo fiel de Dios que peregrina en la Argentina”.

Recientemente durante Semana Santa, para celebrar las Pascuas, se conoció un video de monseñor Ojea en el que se refirió a la situación económica- social que atraviesa el país e hizo un llamado a evitar la indiferencia ante la cantidad de personas que fueron despedidas de sus trabajos en las últimas semanas.

Conferencia Episcopal Argentina (foto CEA)
La última reunión de la Asamblea Episcopal se realizó en noviembre del año pasado

“Queridos hermanos y hermanas, muy felices Pascuas. Los frutos de la Pascua son la paz y la alegría que nos trae Jesús resucitado. Pero la paz, además de ser un don, es una tarea. La paz se construye. No es un producto industrial, es artesanal. Se construye con el trabajo de cada día, con la vida de cada día, la cercanía, la entrega y se construye con la solidaridad”, comenzó diciendo en la filmación, de poco más de dos minutos de duración, que se difundió por Youtube, el sacerdote y obispo de San Isidro.

“Cuánta falta nos hace (la solidaridad) en este tiempo de emergencia, en este tiempo de crisis, en donde cuesta tanto la vida de cada día. ¡Cuánta falta nos hace la solidaridad! Hemos recibido últimamente en la Conferencia Episcopal grupos de personas que quedan sin trabajo, gente que queda como al costado del camino. Es tremenda esta herida”, siguió diciendo el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina en su mensaje.

Y agregó: “El día que nos gane la globalización de la indiferencia, el día que se nos endurezca tanto el corazón que no tengamos sensibilidad para estos hermanos y hermanas que quedan sin trabajo, ese día, no nos podemos llamar más cristianos. Ese día vamos a decir ‘nos ocupamos solamente de nosotros mismos, los demás, ¿qué importa?’. Pidámosle al Señor esta gracia de descubrir con una imaginación nueva la caridad cristiana”.

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