Música/Espectáculo

El peor momento de Furia en GH: las malas decisiones que amenazan con derribar su imperio

No son días fáciles para la concursante más famosa y polémica de Gran Hermano. Es que Juliana Scaglione, más conocida como Furia, desembarcó en el reality con todo, en lo más alto de exposición y a fuerza de gritos, peleas y estrategias, se convirtió en la más amada pero también en la más odiada de la casa, tanto adentro con sus compañeros como afuera con el público. Los furiosos, el fandom de seguidores de la doble de riesgo, parecen bancarla incondicionalmente y acatar cada uno de sus pedidos, como cuando marca a quién votar para sacarlo del juego o les indica qué necesita para avanzar en su camino hacia la final. Pero diferentes actitudes de los últimos días parecen hacer tambalear su imperio.

Lo primero que debilitó la imagen de Furia, o al menos parece haberla desatendido su juego -que es impecable y casi no tiene fallas- fue el ingreso de Mauro, uno de los tantos concursantes que llegó a la casa gracias a un golden ticket, una especie de pase que incorporó a cinco personas nuevas en una sola noche (Darío, Florencia, Paloma, Damián y el propio Mauro). El joven “alto y musculoso” como pedía Juliana que ingrese a la casa, la flechó de inmediato y a las pocas horas ya se estaban besando y durmiendo juntos, protagonizando uno de los pocos encuentros sexuales que tuvo esta edición 2023/2024. No sería nada que se enamore o que quiera compartir sus días con alguien, pero sus fanáticos vieron con preocupación esta relación y argumentaron sus temores: que no se desvíe del objetivo final, que es ganar Gran Hermano.

Incluso Furia comenzó a enfrentarse con Catalina, quien señala ser su mejor amiga, porque también le reprocha su relación y asegura que la ve desenfocada. “Te está usando ese pibe”, le dijo la médica pediatra en varias oportunidades, pero la joven parece no registrarla.

Otro momento polémico llegó con el ingreso de Alfa. El participante de la edición anterior es el ídolo de la concursante. “Me anoté a Gran Hermano por vos”, le dijo apenas lo vio entrar a la casa más famosa, cuando corrió por el pasillo hacia la puerta de ingreso y fue la primera en abrazarlo. Así unidos permanecieron los días que el sexagenario estuvo aislado con ellos, que fueron tan solo 48 horas antes de que parta, acorralado por Gran Hermano, quien le había advertido que su escalada de violencia y su permanente manía de filtrar información del exterior de la casa, lo iba a dejar fuera de juego. Entre charlas, Furia y Alfa pudieron conocerse y divertirse juntos. De hecho fue ella quien lo defendió de las burlas generalizadas, aislándose del resto de sus compañeros y de su amiga, Catalina, que está peleada con Alfa y sufrió mucho su ingreso.

La casa (y Furia) se sacudió aún más con el ingreso de Ariel Ansaldo popularmente conocido como Big Ari. El parrillero de Berazategui, archi enemigo de Alfa, ingresó primero en el marco del Congelados pero minutos después lo hizo con una valija y dispuesto a quedarse una semana, lo que causó la indignación total del empresario y vendedor de autos. “Si entra este tipo me voy”, comenzó a repetir mientras tocaba el timbre del confesionario y Furia le pedía por favor que no abandone.

La joven entonces se aisló del grupo para hacerle compañía a Walter y picanteó a Ariel con una serie de comentarios. “Tenés la voz parecida a Lisandro y me molesta escuchar tu voz”, comentó Furia mientras el recién llegado hablaba con el resto de los hermanitos en el living. “¿Tengo la voz parecida?”, le preguntó Ariel sorprendido por el comentario. “Sí, bajá un poco el tono de tu voz porque a él (por Alfa) le molesta, ¿dale?”, insistió Juliana. En ese momento, se mostró confundido por la reacción de Juliana y fue Virginia quien lo alertó: “Te está pidiendo que no hables fuerte porque a Alfa le molesta”. Con personalidad y sin rebajarse, el exparticipante comentó: “Bueno, taponcitos para los oídos”. Las risas de sus compañeros fueron generalizadas, resaltando lo descabellado del pedido. Finalmente Alfa se fue y ella quedó devastada, triste y buscando consuelos en los brazos de Mauro.

Otro punto polémico que se dio a partir de la llegada de Big Ari fue la insistencia de Furia en un pedido a la producción. “Traigan más comida porque este chabón se come todo”, dijo con un dejo gordofóbico que fue muy repudiado en redes sociales. “Ya basta, me bajo de la Furioneta”, fueron algunos de los comentarios de sus seguidores.

Durante la jornada del miércoles, Furia peleó muy fuerte con Virginia. La humorista platense dijo que ya no se cuidará más con ella y la enfrentará cada vez que sea necesario. Así ambas protagonizaron una fuerte discusión en la habitación, con pases de factura y reproches varios. Luego, en el marco de una actividad propuesta por la producción, los participantes tuvieron una recreación de un juicio por jurados. Entonces llegó el turno de que Furia pase al banquillo de los acusados. Con Paloma como jueza y el resto de participantes sentados en el estrado para dar su voto, escucharon con atención la acusación de Virginia: “A veces saltás para el orto y a mí y a otra gente nos ponés bastante incómodos”.

“No creo que tenga que justificarme, tengo un temperamento y personalidad única, así como me dicen egocentrica tengo que destacar lo que es malo en mí, y creo que es el tema de mi ira. Tengo una defensa muy agresiva y cuando grito o algo así, hay gente que se siente muy incómoda, tiembla y a mi me causa gracia, pero bueno. Me acostumbré a vivir en una casa donde se gritaba, entiendo que hay personas que recibieron mucho amor, yo no, y cuando lo veo pienso ´bueno, ¿tanto vas a ponerte mal por un grito?´”, dijo ella argumentando su defensa.

Finalmente, Paloma en su rol de jurado invitó a votar: rojo (culpable) o verde (inocente). Entonces, la líder de la semana dio su veredicto: “La declaro culpable”. Risas generalizadas y preocupación de Furia, que reconoció que tiene mucho por mejorar si no quiere quedarse afuera de la casa pronto.

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